dilluns, 5 d’agost del 2013

Pobrecita nuestra democracia

La sospecha sigue trepando por las instituciones de nuestra maltrecha democracia. Leo en la portada de EL PAÍS, con estupor y creciente indignación, que el presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de Los Cobos, paga las cuotas de militante del PP cuando la ley prohíbe a los jueces pertenecer a ningún partido, y especialmente en el caso del Tribunal Constitucional en el que sus integrantes tienen que tomar decisiones políticas. ¿Lo sabían en el PP cuando le propusieron para el cargo? (parece evidente que sí), ¿lo sabían el resto de componentes del alto tribunal cuando le eligieron presidente? ¿Engañó al Senado cuando compareció en octubre de 2010 y no hizo mención alguna de su militancia política?

La indignación crece si pienso en lo determinante que fue el voto de calidad del señor Pérez de Los Cobos con ocasión del polémico nombramiento de Enrique López, que no cumplía los requisitos para ser miembro del Tribunal Constitucional y que también había sido propuesto por el PP.

Por si todo esto fuera poco, el tribunal, haciendo caso omiso del espíritu de la Constitución, admite a trámite el recurso del PP sobre el decreto del Gobierno andaluz que trataba de mitigar el sufrimiento de los desahuciados. ¿Dónde dejan estos señores el interés social de la propiedad que defiende nuestra Constitución? Pobrecita nuestra democracia, tan joven y tan maltratada.

(Article de Juan Antonio Melero Ginzo, publicat el 19 de juliol de 2013 a El País)

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