dijous, 20 de novembre del 2014

¿Simulaciones de pensiones? No, gracias.


A la vista del comunicado que difundió CCOO el viernes pasado,  instando al Gobierno al cumplimiento del derecho a la información recogido en la Ley de recorte de las  pensiones 27/2011 mediante, entre otras medias, el envío masivo de las cartas naranjas donde se informe a los mayores de 50 años sobre su supuesta pensión en una especie de simulación ad futurum  tan incierta como inútil, manifestamos, por nuestra parte, que no observamos un clamor popular demandando esta misiva trampa. Por el contrario, nos toca trabajar diariamente con pensionistas, todos, que sufren las consecuencias nefastas del recorte en sus pensiones como consecuencia de la aplicación de la Ley 27/2011 que se firmó, también, con el concurso y beneplácito de algunos sindicatos (CCOO y UGT), ley que reduce el importe de las mismas y que retrasa la edad de jubilación en un país con más del 54% de la juventud en paro. Esto sí es atinar con la solución, para que la juventud ingrese en el mundo laboral legislamos que quienes trabajamos lo hagamos por más tiempo, genial, reemplazo imposible.

Tampoco tenemos al personal de los CAISS ansioso por recibir un nuevo curso de "predicciones no doy una" para por medio de una bola de cristal hacer la función de" bruja avería"  ante la previsible avalancha de personas que acudirán con la cartita de marras  a nuestros centros, cartita doble, pues vendrá acompañada de la que deben enviar las compañías aseguradoras con lo cual la labor de información será un galimatías de imposible resolución. Por una parte intentar explicar lo inexplicable de la simulación de pensión pública a 15 años y, por otra, hacer de comerciales de una empresa externa cuyo fin es hacer negocio con el exiguo ahorro que se pueda permitir una parte de la población.

Nos encontramos ante un acto que no es informativo, es pura manipulación orquestada en perfecta coordinación con UNESPA -la patronal de los seguros privados-  y por lo que parece también con los sindicatos de las tarjetas black  para potenciar el aseguramiento privado en detrimento del sistema público de pensiones. Se trata de forzar  una nueva vuelta de tuerca a la recomendación 14 del Pacto de Toledo (potenciación de los sistemas complementarios). Es un nuevo gasto que solo busca,  mediante la proliferación de mensajes alarmistas sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones, crear la falsa creencia de que el mercado, a través de la suscripción de planes privados de pensiones, será la única salvación para el futuro de nuestros mayores. Para perpetuar en el tiempo esta labor imposible, la intención del gobierno es enviar anualmente esa carta a toda la población activa con el fin de seguir metiendo el miedo en el cuerpo del futuro pensionista.

De ciudadanía con derecho a una pensión digna, pasamos a clientes que tendrán unos ingresos más o menos dignos cuando sean mayores sólo en el caso de disponer de los recursos suficientes para suscribir planes o fondos privados de pensiones en sus distintas modalidades, individuales, de empleo..., y no son engañados –como a los preferentitas-  por las compañías aseguradoras. Para la inmensa mayoría de la población,  un presente de minijobs y un futuro de minipensiones. En definitiva, sustituir el derecho a pensiones dignas y suficientes por un poco de beneficencia para que la pobreza no resulte demasiado pestilente. Todo a mayor gloria del beneficio de la banca y de los sindicatos cómplices.

Pensiones públicas dignas y revalorizables, SÍ.

Simulaciones en diferido al estilo cospedalino, NO, gracias.

Federación Estatal de Trabajadores de la Administración Pública - CGT

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